A las 23.30 del viernes todo cambió para Natalia Piergentili. A esa hora, la actual presidenta del Partido Por la Democracia (PPD) recibió un mensaje en su celular del secretario general de su directiva, José Toro Kemp. Él le notificó que no formaría parte de su lista para disputarse las elecciones internas del partido, sino que se integraría a la nómina del senador Jaime Quintana.
“Querida Nati, te llamé y me manda a buzón. Esperaba comunicarte esto personalmente, pero creo que, en la situación actual del partido, se hace imperiosa una lista de acuerdo y que tú estés en él como primera vicepresidenta. Hay compromiso de todos para eso (...). Me inscribiré con Jaime (Quintana) y espero que tú también te puedas sumar”, escribió Toro.
El mensaje fue la culminación de una serie de presiones que recibió el partido, tanto por la ‘vieja guardia’ -encabezada por el exsenador Guido Girardi- como por parte del gobierno del Presidente Gabriel Boric, con el objetivo de bajar la candidatura de Piergentili.
Lo cierto es que la relación de la timonel PPD con La Moneda se fue erosionando con los meses y su nombre actualmente genera fuertes anticuerpos al interior del Ejecutivo.
No fue solo un episodio el que provocó la distancia con Palacio, sino que varios los que ocasionaron un desgaste. El primero de ellos fue cuando se negó a competir en una sola lista en la elección de consejeros constituyentes. En esa oportunidad, Piergentili le dijo que no al propio Boric en una reunión que sostuvieron en su casa, junto a los otros timoneles del Socialismo Democrático.
Lo más reciente y que causó profunda molestia en el gobierno fue cuando la líder del PPD calificó, en entrevista con La Tercera Domingo, de “monos peludos” al electorado de gobierno.
En consideración de esos antecedentes, a lo largo de la semana pasada a la timonel se le insistió desde su partido que su nombre no generaba consenso. Entre los argumentos que le entregaron, fue que mantenerla a ella a la cabeza del partido rompería las relaciones con algunos de los parlamentarios de la colectividad, con el gobierno y que existiría el riesgo de renuncias de importantes figuras partidarias.
En esa línea, el lunes en la mañana, en entrevista con Radio Universidad de Chile, Piergentili aseguró que “existe un desagrado de La Moneda respecto de mi nombre y tiene que ver con el tema de las dos listas, con una entrevista en la que yo usé términos desafortunados. Nunca me he arrepentido del fondo de la entrevista y siento que esto es una complicación para el gobierno”.
Además de eso, el domingo la presidenta del PPD envió a una carta a la militancia, en la que explicitó que “es necesario que nuestras elecciones se mantengan fuera de las presiones del gobierno como han hecho ver varios militantes”.
El diputado Raúl Soto dio un paso más allá y, la semana pasada, en entrevista con La Tercera PM, apuntó sus dardos hacia la titular de Interior, la ministra Carolina Tohá, quien es militante PPD. “Ella ha equivocado el camino en esta oportunidad al intervenir como se ha visto en los últimos días (...). No creo que se deba mantener al margen. Debe participar, opinar, incidir, pero siempre desde una posición de respeto a la autonomía, entendiendo que es parte del Ejecutivo”, dijo.
De hecho, en la colectividad apuntan a la jefa de gabinete como la principal articuladora del gobierno para sacar a Piergentili de la presidencia del PPD.
El exsenador Guido Girardi, por su parte, insistió -hasta el viernes en la noche- a la presidenta de la colectividad que, a esas alturas, su opción era asumir una vicepresidencia de una lista de consenso y no nuevamente la presidencia. Algo que, en todo caso, ya le había deslizado a lo largo de la semana pasada, en una seguidilla de reuniones que tuvieron en casa del exministro Sergio Bitar.
Con esos factores sobre la mesa, Toro optó por sumarse -en el mismo cargo- a la lista que encabeza el senador Quintana. Así, menos de media hora antes de concluido el plazo de inscripción de listas, la posibilidad de que Piergentili encabezara nuevamente la presidencia quedó en ascuas. A esas alturas de la noche, ya resultaba imposible buscar otro nombre para reemplazar a Toro.
La propia Piergentili señaló en una carta dirigida a la militancia PPD que “lamentablemente, cuando ya había inscrito el ticket, supe que el secretario general no me acompañaría”.
Lo cierto es que las conversaciones al interior del partido se han tornado tensas. Un ejemplo de eso, dicen sus dirigentes, es que en distintos grupos de WhatsApp de la militancia ha reflotado una noticia de 2015 sobre el atropello de un carabinero protagonizado por Quintana. Esto, con el objetivo de levantar cuestionamientos a la postulación del senador.
Un caso que, en todo caso, el parlamentario quedó libre de cualquier imputación. “Con estos militantes, no necesitamos enemigos”, respondió la delegada presidencial Andrea Parra a uno de esos mensajes.
Inmediatamente después de conocida la inscripción de Quintana junto a Toro, dentro del círculo de Piergentili se comenzó a acusar que la inscripción del senador se hizo fuera de plazo, por lo que técnicamente sería inválida.
Mientras que algunos de los integrantes de la mesa del senador derechamente niegan que sea así, otros dirigentes del partido plantean que negociar hasta el límite del plazo es algo habitual para ellos. Por lo mismo, enfatizaron que le correspondía a la comisión electoral del partido resolver cómo proseguir.
Dicha comisión sesionó el lunes desde las 18.00 horas y determinó que ”la mayoría de los antecedentes entregados incumplen con los artículos”, por lo que se extendió el plazo de inscripción hasta el jueves a las 0.00 horas.
Por lo mismo, el futuro de la directiva PPD aún está por verse. De hecho, antes de la resolución de la comisión, ya había manifestado a su entorno que no necesariamente daba su candidatura por descartada. Y, pese a todas las adversidades, también comunicó a su círculo que participará del cónclave de este miércoles que reunirá al oficialismo en Cerro Castillo.
Fuente: La Tercera